COMUNIDADES 4.0 - IED Rodrigo Lara Bonilla
Desde la estrategia Plan Saber Digital 4.0 STEM+ Transforma que se ejecuta por la Dirección de Ciencias, Tecnologías y Medios Educativos de la Secretaría Educación del Distrito en alianza con el Instituto UNNO del Parque Científico de Innovación Social de UNIMINUTO presentamos la estrategia Comunidades 4.0, en la cual desatacaremos las buenas prácticas pedagógicas que germinan en los ambientes de aprendizaje con enfoque STEM en las instituciones distritales de la capital.
STEM Y AGRICULTURA, UNA PROPUESTA QUE IMPULSA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN BOGOTÁ
En el suroccidente de Bogotá, en la localidad de Ciudad Bolívar se encuentra la IED Rodrigo Lara Bonilla, una Comunidad 4.0 que se destaca por implementar procesos pedagógicos innovadores con los cuales actualmente le apuesta a consolidar la seguridad alimentaria del territorio.
Según el último informe presentado en enero por las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Colombia fue incluida en la lista de países en riesgo de sufrir hambre durante 2022 junto con Honduras y Haití. Además, notificó que alrededor de 7,3 millones de colombianos necesitarán asistencia alimentaria en 2022; una situación similar a la de Etiopía, Sudán del Sur, Yemen o Nigeria.
Por ello, y teniendo en cuenta que un poco más del 70% del suelo de esta localidad es rural, los docentes de la institución Rodrigo Lara Bonilla se han propuesto ejecutar con sus estudiantes desde comienzos del 2022 un proyecto sostenible, el cual vincula la tecnología con la agricultura para contribuir con el mejoramiento de las prácticas agrícolas del campesinado que habita en esta parte de la ciudad y, asimismo, instruir a la comunidad restante sobre el buen uso de los recursos naturales para la producción autónoma de alimentos de calidad.
¿De qué se trata esta innovadora propuesta?
Santiago Cárdenas, estudiante del grado décimo e integrante del club a cargo de la huerta indicó que el proyecto “consiste en unas huertas automatizadas que van a beneficiar a toda la comunidad, principalmente a la zona rural porque han evidenciado mucha contaminación en el medio ambiente. Incluso nos hemos dado cuenta de que los alimentos que consumimos vienen exportados de otros lugares, cuando aquí mismo en nuestro territorio podemos plantarlos, cultivarlos y recibir la cosecha”.
Esta solución sobresale gracias a la tecnología que implementa para el cuidado de las plantas, Sharit Hernández, alumna del grado noveno y también integrante del club explicó que, junto a otros compañeros, sus funciones están a cargo de la estación meteorológica: “Las placas arduino nos permiten generar sensores para medir la humedad de la tierra y del aire, lo cual posibilita la recopilación de datos sobre el cultivo para mejorar su calidad y tener mayor producción de alimentos”.
Estos jóvenes talentosos han sido guiados por el docente de Astronomía, Maximiliano Álzate, quien no solamente ha desarrollado este proyecto, sino que, además, es un innovador persistente en proponer metodologías de aprendizaje a través del saber digital enmarcadas en las herramientas STEM para potenciar las capacidades de sus estudiantes. El docente Álzate destacó la importancia de incluir las áreas STEM en las mallas curriculares: “Lo esencial es incluir el enfoque STEM en los currículos para desarrollar todo el potencial de los jóvenes porque si nos apropiamos realmente de los problemas que tenemos alrededor de los entornos educativos podemos hacer parte de la solución y de la transformación”.
Por otra parte, Lizeth Peñuela, Rectora de la institución nos indicó cómo han articulado su proyecto educativo institucional con las áreas STEM: “En nuestro currículo enfocado a los derechos humanos trabajamos el liderazgo y lo vinculamos con las competencias STEM brindándole las herramientas a nuestros chicos para que generen conciencia, transmitan esos conocimientos en sus casas y planteen estrategias de solución que posteriormente se conviertan en sus proyectos productivos y de investigación”.
Terrazas verdes, un sueño que se construye desde la escuela para toda la localidad de Ciudad Bolívar
Esta iniciativa ha permitido que se creen nuevos entornos de aprendizaje autónomo donde los estudiantes afianzan los conocimientos tecnológicos de una manera novedosa e interactiva y, además, se gestan nuevas propuestas como esta huerta automatizada, que le apuesta a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la localidad. Deivid Guayacundo, estudiante de grado décimo resaltó la magnitud de implementar este proyecto: “La agricultura sostenible es muy importante, pero es aún más importante enseñarle esto a las personas de la comunidad, ya que se supone que todos deberíamos tener una huerta en nuestra casa porque nos ayudaría a no gastar tanto y también las personas estarían preparadas para que, en caso de una situación de catástrofe, puedan cuidar de ellas mismas y proveerse su alimento”.
“El profe Maxi”, como sus estudiantes lo llaman, está encaminado a transformar la institución a una escuela del futuro que, para él, es aquella que innova y proporciona otras variables diferentes a estar pegados de una nota, asegura que se trata de encontrarle el sentido al conocimiento. Con este proyecto “esperamos que Ciudad Bolívar se beneficie a través de las terrazas productivas de comida y que la localidad sea realmente verde por el buen uso que se les dé a las terrazas de las edificaciones de este complejo, también esperamos promover el intercambio y la ayuda potencial al sector rural”.
Esta comunidad 4.0 también se destaca porque los estudiantes graduados continúan contribuyendo en el crecimiento pedagógico de la institución; por ejemplo, Brayan Benavides, ex alumno del docente Álzate lleva aproximadamente 15 años siendo coordinador del grupo de astronomía y también apoya las nuevas iniciativas que ha desarrollado el profe como: Proyecto PRAE, Niñas y Mujeres en la Ciencia, Gestión del salón y de las herramientas para el aprendizaje de la Astronomía, entre otros. Benavides también brindó su apreciación sobre la huerta: “Si logramos crear una gran zona verde de cultivo en una ciudad como Bogotá, donde cada sector se especialice de acuerdo a los medios y a la situación que tenga podemos crear realmente todo un sistema de repartición de alimentos”.
Por supuesto, la comunidad ha sido receptiva con la iniciativa y ya se han logrado impactar 600 familias de la localidad que recibieron formación en agricultura urbana. Claudia Bello, madre de una estudiante de la institución y acompañante activa en estas iniciativas pedagógicas aseguró que: “Los proyectos son muy interesantes porque les ayuda a los chicos a desarrollar las capacidades que tienen y también a proyectarse hacia el futuro con la tecnología del siglo XXI”. De esta manera, se espera que el proyecto de terrazas verdes continúe creciendo y beneficiando a más población de Ciudad Bolívar e incluso de toda la capital.